Por María Sánchez Aranda,
estudiante de Metodología de la Enseñanza de la AF y el Deporte
Bien sabemos que el uso de las tecnologías está a la orden del día. Muchas de las actividades cotidianas que realizamos precisan ya de este tipo de elementos.
Las nuevas tecnologías nos han ayudado a desarrollar algunas actividades de manera más cómoda y sencilla, otras están más relacionadas con el entretenimiento, la comunicación o la información.
De esta forma, con el uso indiscriminado de todos estos productos nos hemos convertido en personas acomodadas que, en muchos casos, no podrían llevar a cabo su vida diaria sin aparatos electrónicos que les ayudaran. Así, hemos dejado de valorar algunos aspectos de la vida que ayudan también a nuestro desarrollo y satisfacción, como pueden ser las personas, la naturaleza o el tiempo libre. Relacionado con esto encontramos el enunciado que dijo Albert Einstein, “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo sólo tendrá una generación de idiotas”.
La tecnología va cambiando conforme va pasando el tiempo, y cada vez con más rapidez. Está cambiando la sociedad, y en consecuencia nuestra forma de aprender, desarrollarnos y pensar. Es por ello necesario que se adecuen y adapten estos elementos tecnológicos a la educación y la enseñanza en las escuelas de manera que las nuevas generaciones puedan seguir caminando hacia el futuro y no se queden estancadas en el pasado, o dicho de otra manera, que adaptemos la formación a la realidad social que nos envuelve.
Como podemos ver en el vídeo de Ken Robinson sobre el pensamiento divergente, la sociedad y la tecnología van avanzando y la educación no puede quedarse atrás como está haciendo. Como acabamos de decir, el uso de estas tecnologías se ha convertido en una necesidad para todo el mundo y es menester que desde pequeños los niños vayan relacionándose con ellas, pero no abusando de videojuegos, ordenadores o móviles, sino enseñándoles todas las posibilidades y recursos que ofrecen y cómo utilizarlos con responsabilidad, para que así, poco a poco vayan formando su propio espíritu crítico de manera que puedan evaluar aquello que se les presenta y puedan decidir si lo que se les ofrece es valioso o no lo es.
Como elementos integradores en las aulas considero que estos mecanismos pueden ser muy beneficiosos para niños y profesores ya que ofrece muchas ventajas respecto al método de enseñanza tradicional. Es un buen elemento para el desarrollo de la creatividad de los niños porque ofrece más posibilidades de investigación y aprendizaje que los clásicos libros, asegura el acceso de todos los alumnos a los mismos contenidos y ayuda al aprendizaje autónomo. Con el uso de estos elementos en las aulas se puede conseguir más atención e interés por ser una manera innovadora y atractiva de presentar los contenidos, se pueden utilizar muchos recursos y aplicaciones de internet y fomentar el aprendizaje significativo y autónomo.
Imagen extraída de la presentación de Santos (2009)
Por otro lado, para impartir las clases con elementos electrónicos es necesario manejarlos con soltura y facilidad, ya que al aparecer cualquier duda o error son los profesores los que han de solucionarlo. De este modo, aunque sepan de las ventajas y beneficios que puede ofrecer la enseñanza con las nuevas tecnologías son ellos los que han de decidir si llevar a cabo o no este estilo de enseñanza, y es que en muchos casos son ellos los que prefieren seguir con el método tradicional ya que, quizás, al haber aparecido estas tecnologías en unas edades más tardías que para los jóvenes les es más complicado el manejo y control del ámbito, por lo que se sienten más seguros utilizando materiales clásicos y rechazando así los nuevos instrumentos. Viendo la situación podríamos decir que para poder llevar a cabo este estilo de enseñanza sería necesaria una formación del profesorado que les enseñe cómo funcionan y de qué manera pueden utilizar todos estos medios, cómo pueden hacer más atractivas las clases con diferentes aplicaciones, programas, juegos o vídeos relacionados con la materia. Esta formación también podría ayudarles a adoptar una buena orientación de las diferentes opciones electrónicas hacia los contenidos a enseñar o incluso a combinar los elementos tradicionales con los tecnológicos para que progresivamente vayan avanzando hacia éstos últimos.
Para concluir, como dice Santos (2009), profesor de Educación Infantil y Primaria, “no podemos continuar siendo profesores del siglo XX, enseñando contenidos del siglo XIX, a alumnos del siglo XXI”. Aunque no debemos tomar al pie de la letra estas palabras ya que no podemos generalizar tanto, pienso que representa bastante bien lo que he querido expresar anteriormente. Finalmente, añadir que tampoco debemos dejar de lado las relaciones sociales ni afectivas por el uso de elementos electrónicos, a mi parecer, como dice Murillo (2007) “debemos integrar el conocimiento con valores, afectos, emociones y experiencias prácticas”, intentando relacionar el uso de las tecnologías educativas con la colaboración e interacción entre los alumnos
Referencias:
Santos, M. (2009). Las TIC en la educación ¿Por qué?.
Murillo (2007) Nuevas formas de trabajar en la clase: metodologías activas y colaborativas. En Blanco, F. (Dir) El desarrollo de competencias docentes en laformación del profesorado. Madrid, M.E.C. Colección Conocimiento Educativo