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dissabte, 12 de novembre del 2011

Sueños chinos

Por Beatriu Verdoy Agustina,
estudiante de Planificació i Avalució de l'AF i l'Esport

¿Podría un vídeo de animación causar una revolución educativa en China?

El siguiente vídeo de animación muestra el sueño de muchos colegiales chinos: Volar por los aires la escuela. Claro como el agua y sin tapujos, como quien quiere ser trapecista, llegar a la luna o vivir del cuento.


Documentándome para intentar trasmitirte hasta qué punto de ferocidad llega la educación china me he topado con las más variopintas historias, a pesar de que sus tres sistemas educativos a priori no difieren tanto del nuestro: los niños empiezan con 6 años la escuela, curso por año si no pasa nada y para intentar acceder a la educación superior realizan un examen, el Gaokao.

Detrás de esta estructuración se esconde una parafernalia, un circo, China se convierte en un hipódromo, los escolares en caballos y su educación en unas anteojeras tan opacas como el traje del noble de turno que observa la carrera. “El pañuelo rojo” es un signo de distinción, otorgándose al alumno más sobresaliente de la jornada… inocente, ¿verdad? Casi tanto como la formación militar en la que los alumnos saludan al maestro. Un joven cuenta en el artículo “La educación en China me ha desquiciado”, cómo sus padres le enviaron lejos de casa para estudiar en un buen instituto, los insultos familiares por no ser el más brillante y sus ingresos hospitalarios por ansiedad. A pesar de lo dicho, lo que más me impactó fue la manera de cerrar su discurso “ahora odio a mi padre, pero odio más a la educación china: es ella la que hace que los familiares midan el valor de la gente a partir de sus calificaciones (…) ahora solo espero morirme.”

Y es que el problema no solo reside en “las formas”, también en la planificación. Una de las críticas más extendida es el vacío hacia la ética, el humanismo y el pensamiento crítico; para acceder a la universidad el examen que va a dictaminar la nota de acceso en su totalidad es el llamado Gaokao (donde el último año se han dado codazos casi 10 millones de estudiantes) y el cual hace girar a su alrededor toda la educación que van a recibir los jóvenes chinos (recordemos lo caballos desbocados corriendo sin importar más que la línea de meta). No importa otro conocimiento que el que entra para el examen, el sistema ha dejado de contemplar materias como poesía, música, ética o filosofía. Manejados por estrategias donde solo importa el producto y el proceso se deja al margen; los profesores son dictadores en sus aulas, ariscos al aprendizaje complementario e incluso llegan a castigarlo como explica un colegial en su blog, el cual tuvo que hacer negocios clandestinos con su profesor para que le proporcionase otros libros no contemplados en las guías. Teorías como la Gestalt quedan en el olvido “solo se aprende lo significativo”. ¿Por qué no apostar hacia el Constructivismo? El profesor debería ser un guía que promueva los procesos de aprendizaje, facilite el surgimiento de interrogantes y debates; el conocimiento sería una autoconstrucción del aprendiz gracias al educador actuando en la zona de desarrollo próximo del alumno, en aquello que está más allá de lo que sabe pero dentro de sus capacidades potenciales actuales.

¿Dónde queda, sino, la creatividad, el libre pensamiento o la libertad de cátedra? Es tal la competencia que desde los 15 años también hay clases los fines de semana, casi como mano de obra explotada pero cambiando la máquina de tejer por derivadas o neurología. Coincidiendo la época de entrega de la mercancía mental con un aumento de los suicidios adolescentes.

¿Qué pasará con esta sociedad el día de mañana? Adultos aprendiendo a decidir, innovar e incluso a opinar. Están dejando un camino de migas hacia un derrumbe inesperado de la sociedad. Ya lo explica el profesor y director del centro de investigación de cultura contemporánea de la universidad de Shanghái, Wang Xiaoming, China está inmersa en un sistema económico y una mentalidad puramente capitalista y esto es causa y efecto de la educación, por los principios competitivo y feroz que la rigen, “degeneración moral” castiga. El Maoísmo ayudó a la decadencia de las creencias religiosas y Deng Xiaoping priorizó el desarrollo económico, por esto, valores como la justicia e igualdad típicos del sistema comunista restan en el olvido.

Algunos sectores de la sociedad se han concienciado de lo anacrónico del sistema educativo y muchos padres preocupados por el excesivo estrés de los escolares deciden inscribir a sus hijos en escuelas privadas, donde como dice una de las fundadoras de la escuela Ririxin Zhang Dongqing "Con una atmósfera más relajada y menos exámenes, tratamos de promover un estilo natural en nuestra educación (…) defendiendo la búsqueda del amor, de la belleza, de la sabiduría y de la libertad”.

BIBLIOGRAFÍA:

- “The Academic Degree Sistem Of China”, publicado por el Departamento de Asuntos del Exterior del Estado. Sin fecha, remitido por la DGRI en octubre de 1998.

- Zhang Rui (2011) La escuela China me ha desquiciado
Zczaichina (the spanish website about china)

- Los padres chinos buscan en las escuelas privadas una educación más relajada para sus hijos revista digital: spanish.china.org.cn

- Jiang, Yo. (2010) Una educación si corazón (publicado en el Nanfang Zhoumo). Zczaichina (the spanish website about china)

- Méndez, D. (2011) Degeneración Moral en China.
Zczaichina (the spanish website about china)