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dijous, 3 de gener del 2013

Fair Play

 Per Joan Nieblas Miquel,
estudiant de Metodologia de l'ensenyança de  l'AF i l'Esport

És necessari en l’alt rendiment el triomf a qualsevol preu? Hi ha que deixar a un costat el respecte per un mateix, pels company i pels rivals, per a aconseguir el triomf? Aquestes preguntes me les he plantejat després de veure el que va succeir el passat 21 de Novembre en un partit de la UEFA Champions League entre el Shakhtar Donetsk ucraïnès i el Nordsjaelland danès, on durant el desenvolupament d’aquest partit es va produir un fet antiesportiu i immoral, no sols des del meu punt de vista sinó de totes les persones vinculades en l’esport en general. Aquesta acció la va protagonitzar el jugador del equip ucraïnès, Luiz Adriano, quan el seu equip va tornar el baló al porter danès després d’un bot neutral i davant la sorpresa de tots, el davanter del Shakhtar va decidir córrer cap al baló i aconseguir el gol per al seu equip. Davant la incredulitat de tots els presents el gol va pujar al marcador, ja que l’àrbitre no podia anular el gol.


Aquest jugador no va tardar ni un dia en demanar disculpes per l’acció, i a remarcar que es tracta d’un jugador que respecta els company, els rivals i les regles del joc net. Explicà que en eixe moment no sabia el que estava succeint al terreny de joc, ja que estava d’esquenes a la jugada i quan va veure que podia marcar no va desaprofitar la jugada. La UEFA ha decidit realitzar-li un procés disciplinari basant-se en l’article 5 de les regulacions disciplinaries del organisme del futbol estableixen que “els futbolistes es comportaran d’acord amb els principis de lleialtat, integritat i esportivitat”, és a dir viola els principis de conducta. Ell confessà estar molt avergonyit d’aquesta jugada, i assegura que no tornarà a succeir. Per tant, com a persones adultes que som hi ha que creure en les seues paraules i esperar que així passi.

La meua intenció no és criticar el jugador per la seua acció, sinó que ens conscienciem tots que, tant a l’esport com a la vida en general, hi ha que respectar a tothom i no sols buscar els beneficis personals. Està clar, que a vegades una persona ha de ser “egoista” per a poder dur a terme alguns aspectes i complir amb uns objectius personals. Amb açò no sols em vull referir a les victòries esportives, ja que sempre en la vida tenim competències com per exemple persones que es presenten a una oposició hi ha menys places que persones es presenten, comerços iguals prop uns dels altres... Aquestes persones necessiten ser millors que els altres per poder aconseguir els seus objectius personals i en definitiva poder viure en les millors condicions. Però al que vull referir-me és que hi ha que intentar sempre ser els millors, sense oblidar-nos del respecte per els altres.

A continuació, m’agradaria comentar-vos una anècdota personal molt relacionada amb aquest fet. Sóc veí de la localitat de Carlet i jugue allí al futbol des dels 10 anys. La filosofia del club sempre ha sigut que cada jugador forma part de l’equip amb els companys de la mateixa edat, però quan jo era cadet de primer any i jugava al cadet B amb els meus companys de sempre, van decidir pujar-me al cadet A, amb la temporada ja començada, i on l’objectiu era pujar de categoria. El primer partit que anava amb ells va ser en el Sueca, on jo vaig iniciar el partit des de la banqueta i no vaig ni poder jugar. Per què? Abans de finalitzar la primera part, i sense cap motiu començà una batalla campal entre els meus company i els rivals, on l’àrbitre es va veure obligat a suspendre el partit. Sempre me’n recordaré d’aquest dia ja que els meus companys que en eixe moment estaven jugant no van tindre respecte per ningú, ni es donaren compte on estaven, que era una partit de futbol i no un combat de boxa, mentre la resta de persones que estàvem assistint al partit ens quedàrem bocabadats. També recordaré sempre les paraules que em va dir el meu pare: “Ací no tornes”. Per sort, aquest fet va ser un fet aïllat i no va tornar a ocórrer, i a més l’equip va ser capaç de complir l’objectiu.

Per concloure, m’agradaria que tothom ens conscienciem en la importància del concepte RESPECTE, i com diu la seua definició “es tracta de reconèixer, apreciar i valorar a la meua persona, així com als demés i al meu entorn”.

Referència:

Loland, S. (2002) Fair play in sport. A moral norm system. Londres: Routledge.

Los niños y su enseñanza a través del juego

 Por José Manuel Hernández Navarro,
estudiante de Metodología de la Enseñanza de la AF y el Deporte

Este es mi primer año como entrenador de fútbol con niños tan pequeños, con edades comprendidas entre los 3 y los 5 años. En distintas ocasiones he entrenado equipos de niños con una edad entorno a los 12 años pero este año me ilusioné en este proyecto porque, entre otras cosas, mi hijo forma parte del equipo.

Me presenté el primer día sabiendo que sería diferente a lo que había hecho hasta ahora, pero con la misma idea: enseñar el deporte y que los niños aprendieran a jugar al futbol. Al poco de iniciar la actividad, y habiendo preparado el entrenamiento con las adaptaciones que creía pertinentes, me di cuenta rápidamente que aquello era un desastre, pues apenas iniciado el entrenamiento me encontré con variedad de problemas y totalmente desbordado por la situación, pues me vi con algún que otro niño llorando, bien porque quería irse con su madre, bien porque no me conocía, alguno que otro peleándose con algún compañero, otro niño que se nos fue a los columpios a jugar y que no quería entrenar, en conclusión y como os podéis imaginar, un auténtico caos.

Hasta ese momento no me había parado a pensar donde me había metido, ni me había planteado la posibilidad de que estos niños tan pequeños no fueran capaces de realizar una fila, o de colocarse en forma de círculo, en fin, cosas “tan sencillas”. Pero ¿Acaso no me había dado cuenta de que solo tenían 3 y 4 años?

No hace falta una mente brillante para ver que algo debía modificar respecto a lo que había hecho hasta el momento. Pues esta situación de caos era, pienso, por dos causas concretas, por un lado la edad de los niños, muy pegados a sus madres y por otro, y es en lo que más me voy a centrar, lo poco atractivo de la actividad y la falta de motivación, es decir, no les gustaba lo que les proponía. Como os podéis imaginar, por momentos me vi ante un obstáculo infranqueable: iniciar a niños tan pequeños en el deporte del fútbol.

Para solucionar el problema organizativo podría haber planteado hacerles ejercicios para trabajar habilidades utilizando el mando directo como estilo de enseñanza para que, de esta forma, acataran mis órdenes sin más. A base de repetir aprenderían a jugar y estarían controlados. Pero tome otra dirección, la del juego, mi mejor recurso. Los niños, en edades tan bajas, únicamente quieren entretenerse, pasarlo bien y jugar, les da igual el deporte. Pensé en los juegos como una posible solución para que se divirtieran, es el aliado perfecto para que aprendan, pues a través de ellos podemos enseñarles algo que, expuesto de otro modo, no despertaría en ellos tanta atención y entrega. Pronto me di cuenta que se apreciaban ciertas mejoras en la forma de presentar las tareas y que no ponen la misma cara cuando propones ejercicios de pases haciendo filas que si dices “vamos a jugar a…”. Con los cambios, los niños aprenden jugando y ¡se divierten!, y aunque no está todo el camino hecho, los juegos significan para ellos diversión, pasarlo bien y, gracias a ellos, tengo la posibilidad de enseñarles los contenidos.

Tras probar, aposté por la espontaneidad y motivación del juego, minimizando en gran medida los ejercicios para mejorar aspectos técnicos y tras la decisión de ir en esa dirección, busqué documentación sobre juegos adecuados para esas edades y encontré, entre otros, el libro Los juegos en la motricidad infantil de los 3 a los 6 años, de Ruíz et al. con una cantidad de juegos que te dan ideas para preparar las sesiones. Una de las frases que encontré en el libro y que reafirma mi postura sería “en las edades tempranas existe la necesidad de una metodología lúdica del aprendizaje”. En él se habla de unos principios pedagógicos en la educación de los niños: el principio de aprendizaje significativo, el de interacción con el medio, el de juego, el de creatividad y uno llega a la conclusión de que todos son visibles en la actividad lúdica y que por supuesto es posible una educación a través del juego.

En conclusión, utilizando estos criterios, y, eso sí, muy poco a poco, voy dominando la situación. Además, me doy cuenta que también les puedo transmitir ciertos valores de solidaridad, afecto, respeto a compañeros y reglas, la cooperación, y eso en conjunto es, grosso modo, la educación.

Referencia:
- Ruiz, F et al.(2003) Los juegos en la motricidad infantil de los 3 a los 6 años. Barcelona: Inde.

dilluns, 31 de desembre del 2012

Las formas de un entrenador de fútbol base


Por Marcos Campos Giménez,
estudiante de Metodología de la enseñanza de la AF y del Deporte

El objetivo del siguiente post es hacer una crítica personal (opinión) a las formas y las maneras que tienen los entrenadores para comunicarse con sus jugadores, cada fin de semana que vamos a ver un partido de futbol base al campo.


Muchas veces, los entrenadores de futbol base no tratan con respeto a los propios niños , no los tratan como tales, únicamente se dejan llevar por su fanatismo y solo buscan ganar, ganar y ganar, sin tener en cuenta los medios, sin respetar a las personas ni ningún principio ético, gritando a los niños, insultado al árbitro, enfrentándose con padres o con entrenadores rivales…, y pienso que no es el ambiente más apropiado, ni las conductas más apropiadas que deben ver los niños, ya que afecta a su correcto desarrollo y educación.

Esto se produce muchas veces porque los entrenadores actúan como si entrenaran a adultos y aunque parezca una tontería, hay que recordarles que están entrenando a niños. El entrenador en muchas ocasiones debe tener en cuenta que el entrenamiento no es un juego en el cual puede utilizar a los jugadores a su antojo, según su estado anímico; sino todo lo contrario, donde aparte de enseñarles cuestiones técnicas, tácticas o físicas, tienen que asumir su función de educador, función que la mayoría de entrenadores se desentienden de ella y lo único que buscan son resultados y rendimiento. También incluimos en este apartado las escuelas de alto rendimiento en las cuales se debe de fomentar la búsqueda de resultados a medio y largo plazo y no la búsqueda de resultados inmediatos que es lo que ocurre en la mayoría de las ocasiones.

Además, el entrenador, en estas edades, es un modelo para sus deportistas, por lo tanto debe de tratarles con respeto, evitando cualquier tipo de menosprecio o insulto. El entrenador debe asumir que los errores (técnicos, tácticos…) son una parte más dentro del proceso de aprendizaje del niño. La función principal de un entrenador consiste en fomentar ciertos comportamientos deseables para la práctica deportiva y eliminar otros que no lo son. Fundamentalmente según Ginés Meléndez existen dos aproximaciones para influir en la conducta de los demás:

- Aproximación positiva: se emplea para iniciar o consolidar una conducta y donde el instrumento utilizado es el refuerzo positivo.

- Aproximación negativa: está diseñada para eliminar conductas no deseables mediante el castigo o la crítica.

Teniendo en cuenta estas dos aproximaciones, y siguiendo con Ginés Meléndez, el refuerzo positivo mejora la actuación deportiva y muchas veces el control abusivo presenta inconvenientes, donde sí que es cierto que el castigo disminuye y elimina de forma expeditiva las conductas inadecuadas, pero también es cierto que éste funciona activando el miedo al fracaso, la desmotivación y el estrés de los niños. Además, los gritos y chillidos hacen desagradable el entrenamiento y disminuyen el nivel de diversión de los jugadores. Esto provoca que los sentimientos de hostilidad hacia el entrenador incrementen y por lo tanto, aumente la probabilidad de abandono en las edades tempranas.

Con esto, no estoy diciendo que debamos eliminar completamente el castigo y la crítica de los entrenamientos, sino que se progresa más adecuadamente cuando los niños reciben una combinación de refuerzos positivos, los cuales podríamos distribuir en porcentajes de: 50% de refuerzo positivo por conductas adecuadas; 5% de castigo por conductas intolerables y donde siempre se debe ofrecer al niño la conducta alternativa que debe ejecutar y un 45% a ignorar las conductas inadecuadas porque dirigir la atención a los fallos que cometen los niños puede ser perjudicial y se puede conseguir lo contrario de lo que se pretende.

Referencias:

Buceta, J. M. (2004). Estrategias psicológicas para entrenadores de deportistas jóvenes. Madrid: Dykinson

Meléndez, G. (1995) Métodos de trabajo en las escuelas federativas de Castilla La Mancha. En: Gymnos (ed.) Futbol base I jornadas internacionales, A Coruña (pp. 39-65). Madrid: Gymnos.. .

Brüggemann, D. (2011). Fútbol: entrenamiento para jóvenes y niños. Barcelona: Paidotribo.