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dilluns, 14 de novembre del 2011

Barreras en la práctica deportiva del tenis

Por Francisco José Pérez Santos,
estudiante de Metodología de la Enseñanza de la AF y el Deporte

En 2º de Bachillerato tuve la primera sesión de deportes de raqueta, cosa que agradezco mucho a la profesora de Educación física, ya que hasta el momento jamás había practicado este tipo de deportes. Hasta aquí tan solo sentía curiosidad, pero cuando realmente comencé a cuestionarme los obstáculos que existían, fue al iniciar mi afición por el tenis. Compré raqueta, pelotas, vestimenta, zapatillas (de justa calidad). Fui con mis amigos a un campo de tenis relativamente cercano, ya que en el pueblo que habito solo hay una cancha, y comenzamos a jugar. Descubrimos que nos gustaba.

La localidad se caracterizaba entre otras cosas por tener escasos habitantes, alto nivel adquisitivo y pistas de tenis. No teníamos más remedio que ir en algún medio de transporte, pero claro, para un niño sería muy arriesgado coger la bici. Probablemente el único recurso que tienen es acudir a algún familiar. Otro problema fue el alquiler de aquellas canchas de tenis. Esto nos restringía la práctica de un deporte que estábamos encontrando atractivo.

Si viajamos en la historia, el tenis tuvo sus orígenes más primitivos en las culturas antiguas de Grecia, Roma y Egipto, pero el verdadero antecedente de este deporte fue el “Juego de la Palma”, en francés “Jeu de Paume”. Comenzó a destacar mucho en el siglo XVI, tanto que, como otros juegos de la época, recibían continuas restricciones (Iglesia y Gobierno). Cabe mencionar que Inglaterra colaboró también en la construcción del tenis con su conocido juego “Real Tennis”. Se convirtió en un deporte de difícil práctica deportiva debido a las normas y reglamentos que además de las conductas de juego, condicionaban el tipo de instalaciones y materiales a utilizar. En el contexto del siglo XIX se dio un salto muy relevante ya que la pelota de tenis evolucionó enormemente con el “vulcanizado”. Además existían auténticos profesionales manufactureros de la raqueta y aparecieron máquinas cortacésped que lograron allanar los campos de tenis (en Inglaterra). Ahora bien, ¿quién podía permitirse verdaderamente un deporte como el tenis?, la respuesta es obvia, la clase alta de la sociedad porque poseían todos los medios necesarios para poder llevar a cabo tal práctica (amplios terrenos y todo tipo de materiales deportivos que adquirían mediante el propio poder económico) y, además, disponían de tiempo.

Regresando a nuestro mundo actual, en muchas ciudades que conozco, los campos de tenis escasean y el coste de materiales de calidad (raquetas, cordaje, pelotas, vestimenta, zapatillas, etc.) alcanza precios elevadísimos. Esta misma escasez en instalaciones y material deportivo se traslada a la gran mayoría de los centros escolares. No obstante, ¿significa esto que un enseñante no puede incluir deportes de raqueta en su programa? Si es así, por la misma regla no podríamos practicar una amplia gama de actividades físico-deportivas. El espacio y el material no deberían restringir determinadas prácticas deportivas. Si pensamos, podemos observar muchas alternativas, aunque admito que sí que hay determinados deportes que por ser tan sumamente específicos (Hípica, submarinismo, hockey sobre hielo), son casi imposibles. Littleford y Magrath (2010) nos recomiendan que en tenis resulta efectivo jugar en espacios reducidos e incluso sin raqueta (con la mano) para ayudar a comprender la lógica interna del juego .

Para hacer una breve referencia a los hábitos deportivos de nuestra sociedad indicamos que, Manuel García Ferrando y Ramón Llopis Goig (2009), tras las encuestas realizadas desde 1990 a 2005 sobre la ordenación de los deportes según el número total de practicantes, obtuvieron que el Tenis descendió del 23% al 9% ocupando en 2005 el 9º puesto en cuanto a deporte más practicado. La natación recreativa y fútbol alcanzan en 2005 más de 22 unidades porcentuales por encima.

En conclusión, observo una alta dificultad de práctica deportiva en determinados deportes como el tenis, no solo a nivel competitivo , en el que existen cuotas altísimas de pago , sino ya hablando del tenis aficionado. Los niños o todos aquellos que se quieren iniciar, tienen límites en sus oportunidades. Como había indicado al principio, los principales limitadores son: espacio, materiales, falta de sesiones de tenis o deportes de raqueta en la enseñanza escolar y altas cuotas de pago en instalaciones, clases particulares o grupales en clubes de tenis…

Con todo ello he pretendido causaros la reflexión de diferentes problemas, ya que podríamos profundizar muchísimo más en cada tema planteado y elaborar respuestas. Quiero progresar en ese sentido y estaría más que satisfecho si mis palabras también lograran provocar dicha voluntad.

Referencias bibliográfícas

- Littleford, J. ; Magrath, A. (2010). Tenis: Golpes y Tácticas. Madrid: Tutor.

- García Ferrando, M. ; Llopis Goig, R. (2009). Estructura social de la práctica deportiva. En: García Ferrando, M. ; Puig Barata, N. ; Largadera Otero, F. (comps.). Sociología del Deporte, p. 55-56. Madrid: Alianza Editorial (3ª Ed.).