Por Miguel Ángel Mallol Boix,
estudiante de Teoría y Práctica del Currículum de la EF
El pasado lunes 18 de abril de 2011, en la asignatura de rugby de nuestra Facultad tuvimos presentes en clase a los seleccionadores nacionales, tanto femenino como masculino de rugby 7, con motivo de la relación que tiene con esta asignatura pero también con la creciente importancia de este nuevo deporte, que pasará a ser olímpico en Rio 2016.
Casualmente nos encontrábamos ante un deporte nuevo, con pocos años de historia y en el que, como pudimos apreciar, el sector femenino ha entrado con mucha fuerza, tanto dentro como fuera de nuestro país. Pero especialmente destacable es la situación que vivimos en España, y es que las que realmente han despuntado a nivel internacional, en un deporte que surge de otro puramente masculino, son ellas las que están obteniendo mejores resultados.
Además nos encontraremos con ciertas peculiaridades que diferencian a esta nueva modalidad de rugby en la que menos jugadores/as y más espacios dan como resultado un menor grado de contacto físico. ¿Puede esto originar nuevas formas de concebir la práctica femenina de este deporte? Nos encontramos con unas aptitudes y cualidades físicas readaptadas y que se alejan en cierta medida de los cánones masculinos que el rugby XV. Lo que quiero dar a entender con esto es que a pesar de que se mantengan ciertos aspectos masculinos, se acentúan otras cualidades, prima la evasión al contacto, la resistencia frente a la fuerza, tomar decisiones en menos tiempo, adquirir habilidades y destrezas atléticas. Podría ser posible que nos estuviéramos encontrando con unas características más neutras entre la masculinidad y la feminidad, si creyéramos que hay cualidades que son mas de chicos y otras más de chicas, y por extensión deportes de chicos y deportes de chicas.
Realmente ¿El hecho de que las mujeres destaquen más en rugby 7 que en rugby XV se podría producir por el cambio de algunos estandartes de la masculinidad? Y por otra parte ¿Influirá el rugby 7 en la creación de estas identidades de género y sexuales?
Por un lado, en cuanto a la primera cuestión diremos que una figura importante y pionera en este tipo de reflexiones es M. Martín Horcajo, socióloga y ex jugadora de rugby se propuso reflexionar sobre estas experiencias y vivencias que formaban parte de ellas mismas y que les ha ayudado a formar su propia identidad de género. A través de algunos artículos propone como el hecho de ser mujer, sujeto de sus propias experiencias y que asumidas como tales, este deporte se convierte en un medio de desarrollo de su concepción de género, un desarrollo de un amplio abanico de feminidades y que no tiene por qué ser entendido en comparación o contraposición al mismo deporte practicado por hombres. Algunas reflexiones son:
“¿A qué me refiero con el término experiencias femeninas? Pues sencillamente, a aquellas experiencias que no se pueden, ni se deben, medir ni comparar con las experiencias masculinas. Es decir, aquéllas que tienen su razón de ser en sí mismas y no como dependientes o explicadas a partir de lo que significa jugar a rugby desde el género masculino”
“la categoría de “mujer” necesita ser analizada más allá del límite que el sistema de oposición binaria impone –mujer entendida como no-hombre–”.
Por lo tanto podríamos decir que con más o menos características de un deporte masculino por tradición, el simple hecho de que sean mujeres las que lo practican lo transformará en femenino y posibilitará que cada una de las jugadoras desarrolle su propia identidad tanto de género como sexual dentro de un amplio rango de feminidades, con unas características u otras.
En cuanto a la segunda, para entender mejor el significado de estos términos citaremos a Devís, Fuentes y Sparkes (2005), los cuales afirman que “la identidad de género tiene que ver con las diversas formas de masculinidad y de feminidad que pueden experimentar y con las que pueden identificarse las personas, mientras que las identidades sexuales se refieren a los sentimientos que manifiestan los hombres y las mujeres de adscripción a una opción sexual, ya sea heterosexual, homosexual o bisexual”. Cuestiones que según Recio González y López López (2008), “se definen y redefinen en todas y cada una de las acciones humanas a lo largo del proceso de vida”.
A través de estas pequeñas reflexiones propuestas por estos autores y relacionadas con la participación femenina en el rugby XV y 7 podemos darnos cuenta como a través de la práctica las jugadoras hacen suyas las experiencias que les proporciona este deporte desarrollando en un amplio abanico sus identidades de género, así como sus identidades sexuales. Por lo tanto deben de ser observadas y entendidas desde el punto de vista de mujeres que juegan a rugby 7 y no como mujeres que practican un deporte de hombres.
Devís, J.; Fuentes, J. y Sparkes, A. (2005) ¿Qué permanece oculto del currículum oculto?. Revista Iberoamericana de Educación, 39, 73-90.
Martín Horcajo, M. (2006) Contribución del feminismo de la diferencia sexual a los análisis de género en el deporte. Revista Internacional de Sociología, LXIV, 44, 111-131.
Recio González, C. y López López, M. (2008): Masculinidad y feminidad: división errónea de la persona: Aportaciones desde la Didáctica de la Lengua. Didáctica. Lengua y Literatura, 20, 247-281.
Martín Horcajo, M. (2006) Contribución del feminismo de la diferencia sexual a los análisis de género en el deporte. Revista Internacional de Sociología, LXIV, 44, 111-131.
Recio González, C. y López López, M. (2008): Masculinidad y feminidad: división errónea de la persona: Aportaciones desde la Didáctica de la Lengua. Didáctica. Lengua y Literatura, 20, 247-281.
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