Por Christian Crespo Martínez y Cristina García Soriano,
estudiantes de Teoría y Práctica del Currículum de la EF
Con el paso de los años la visión de la Educación Física ha ido evolucionando paralelamente con la sociedad pero, ¿realmente ha habido una evolución notoria, o simplemente ha sido un intento de cambio que se ha quedado en la superficialidad? ¿Es justo el valor otorgado a la Educación Física en la escuela? ¿Qué aprende realmente el niño en las clases de Educación Física?
Sin duda, es un tema puesto en controversia. De hecho, muchos somos los que afirmamos que en la actualidad se sigue necesitando un “aire renovador” con respecto a esta asignatura. La visión que los alumnos y la sociedad misma tienen sobre ella debe cambiar para conseguir la evolución educativa necesaria y no quedarse en la escasa superficialidad.
Apoyándonos en estas ideas de cambio, consideramos una buena estrategia de innovación educativa la interconexión cuerpo-mente, la interrelación de la Educación Física con otras asignaturas pues, creemos que en los últimos años se ha dado una enseñanza de ésta con una orientación fundamentalmente física y deportiva, dejando a un lado la fundamentación teórica general, siempre necesaria para complementar la parte práctica.
La interrelación de la que hablamos puede reportar múltiples beneficios para la educación integral del alumno, no centrándose únicamente en ámbitos concretos de enseñanza. Así, el profesor de Educación Física, podrá utilizar conocimientos de matemáticas (toma de tiempos, frecuencia cardiaca,…), ciencias medio ambientales (actividades en el medio natural complementadas con explicaciones sobre las características de la zona), ciencias sociales (juegos/actividades de cooperación con implicación de aspectos de comportamiento, conducta,…),… para la puesta en práctica de sus sesiones. El alumno, de este modo, recoge información extraída de otros campos de estudio que posteriormente podrá serle beneficiosa para emplearla en cualquier otro ámbito. En resumen, estamos intentando educar al alumno mediante un método inclusivo en vistas de obtener una mayor riqueza educativa.
El hecho de ser una asignatura mayoritariamente práctica, puede producir un efecto atractivo e interesante para la adquisición de conocimientos, paralelos pero conectados, de tal modo que los alumnos conozcan un método de enseñanza diferente al que están acostumbrados a recibir en las asignaturas teóricas en las aulas. Sin duda, puede servir para una mejor comprensión y aceptación de otro tipo de contenidos. Claro está que, tanto la implicación del profesorado como los métodos utilizados, serán determinantes para el éxito de esta propuesta.
Quizá, en un primer momento puede parecer un cambio algo difuso, pero estamos convencidos de que puede aportar grandes ventajas en la educación del alumno. El hecho de ser un método innovador y novedoso, incita inmediatamente un interés en el alumno por la causa de primicia que éste crea. Igualmente, fomenta la creatividad tanto del profesor de la asignatura en concreto, como del resto, necesitando de ellos una cohesión para formalizar la enseñanza integral que aquí presentamos.
Consideramos que es una apuesta guiada hacia una interrelación y conexión entre profesores, entre asignaturas, los cuales se orienten en un mismo sentido, en un mismo camino, en la tan importante misión como es la educación.
El profesor trabaja para la educación del alumno. Consigamos de la interconexión una reducción de la especialización. Consigamos la interdisciplinariedad. Sin duda, el niño se beneficiará y la visión de la Educación Física evolucionará.
En definitiva, en la innovación está el cambio. “Si siempre haces lo que siempre has hecho, vas a conseguir lo que siempre has conseguido” (Adam Urbanski).
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