dilluns, 3 de gener del 2011

Reflexión de tres viajeros

Por Adrián Martínez Domene,
estudiante de Diseño curricular de la EF

En una conversación que mantuve el otro día con tres amigos que cursaron varios meses sus estudios universitarios en el extranjero (Inglaterra, Finlandia y Estados Unidos), nos dimos cuenta del retraso que vive el sistema universitario español con respecto a dichos países. Por ello, me decidí a realizar este post en el cual me gustaría razonar y explicar cómo llegamos a dicha conclusión.

El primer punto que tratamos fue el modo en que el profesorado desarrolla sus clases. La principal diferencia que encontramos es que, en los mencionados países, se intentan crear interacciones mediante pequeños debates en los que se reflexiona y se es crítico tratando en ellos conocimientos teóricos y prácticos, situaciones… En dichas interacciones, los profesores se esfuerzan por aprender el nombre de sus alumnos, creando un lazo de confianza y un ambiente afectivo. En cambio, en España, la mayoría de las clases son magistrales, es decir, los profesores, mediante sus "powerpoints", explican los contenidos que los alumnos deben adquirir para superar sus asignaturas. Dichos contenidos son, posteriormente, facilitados para su estudio por lo que, como esas clases no son obligatorias, la no asistencia a clase y el simple estudio en casa es suficiente para poder aprobar las asignaturas, restando así importancia a las interacciones que se pueden producir en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por lo que, pensamos que dos de los principales motivos que facilitan dichas clases magistrales y dificultan las interacciones en nuestro sistema educativo son la gran masificación de nuestras aulas y la facilidad, y consecuente comodidad a la hora de preparar e impartir sus clases magistrales.

Otro punto del que hablamos fue la implicación de los alumnos en su proceso de formación, ya que en dichas interacciones son tan importantes profesores como alumnos. En dichos países, los estudiantes se “pegan” en las clases para responder a las situaciones propuestas por los profesores, siendo elementos activos del proceso de enseñanza-aprendizaje. En cambio, en España, se esconden frente a las posibles preguntas de los profesores, siendo meros oyentes de las clases magistrales a las que están acostumbrados. Una de las causas que atribuimos a este modo de actuar es la gran cantidad de ayudas y becas otorgadas que, aunque a todos nos gustan y nos vienen bien, dan un amplio grado de libertad y relajación a los alumnos, que no existiría si este dinero saliera de sus bolsillos.

El tercer punto que tratamos fue la relación entre las asignaturas y el futuro profesional. En dichos países se centra en mayor medida en orientar las asignaturas hacia una formación laboral en donde se enseñan diferentes técnicas de aplicación, buscando crear trabajadores más aptos y cualificados. En cambio, la mayoría de las asignaturas de nuestro sistema educativo universitario se centran en el estudio de muchos contenidos teóricos los cuales, en su futura aplicación, pueden ser encontrados en los libros. Podemos ver como en España existen asignaturas en las cuales se orientan las horas prácticas para avanzar contenidos teóricos y poder dar un sinfín de temario a estudiar. En cambio, en estos países es al contrario ya que, constantemente, se aplican supuestos prácticos las clases teóricas.

Por último, hablamos sobre la evaluación en ambos sistemas. En contraposición a la evaluación final objetiva de los contenidos aprendidos en donde los alumnos se juegan la asignatura, en dichos países se realiza una evaluación continua donde se desarrollan y presentan trabajos, proyectos, se realizan exámenes parciales que van sumando puntos a la nota final y que nos muestran poco a poco nuestros procesos. Los alumnos tienen más opciones de aprobar, ya que se involucran de lleno en su formación adquiriendo mayores conocimientos, tanto teóricos como prácticos. Además, cuando existen suspensos de los alumnos, se suelen realizar reuniones departamentales de claustro para decidir qué tareas ofrecer a dichos alumnos para poder alcanzar la puntuación mínima. En cambio, en España, existen profesores que intentan dificultar al máximo los aprobados de los alumnos con exámenes finales casi imposibles de aprobar en los que lo único que se gana es el agobio y el rechazo a dichas asignaturas.

Por todo ello, pienso que existen diferentes elementos en el nuevo Plan Bolonia que pueden ayudar a mejorar nuestro sistema educativo, aunque fuera de ellos, lo primordial es concienciar tanto al alumnado como al profesorado de la importancia de implicarse y esforzarse más, lo que hará que se afronte dicho proceso con mayor actitud y se termine con mayor aptitud.

10 comentaris:

Ana Pérez Guillén ha dit...

Lo primero de todo decir que me parece muy interesante el tema tratado por mi compañero Adrian, pues yo también pienso que nuestro sistema educativo se ha quedado atrás comparándolo con el resto de países europeos.

Todos sabemos, y lo hemos ido viendo en nuestra etapa universitaria, que en las asignaturas que más se aprende es en aquellas en las que hay muchas participación del alumnado y se interactúa, tanto entre alumnos, como entre profesor-alumno, pero eso, resulta imposible cuando hablamos de clases masificadas, en donde hay más de 100 alumnos matriculados.

Respecto a la implicación de los alumnos, lo vemos todos los días en las clases teóricas. La mayoría de los alumnos no tienen interés en aprender, sino en aprobar solamente, de ahí los pocos alumnos que acuden a las clases teóricas en las que no se pide una asistencia obligatoria, sino que se les da a los alumnos libertad para ir a clase o no. Muchos prefieren cogerse libros de la biblioteca y estudiar de ahí, o simplemente coger los apuntes que el profesor facilita y adquirir dichos conocimientos, pues en muchas ocasiones vale con eso.

Por otro lado, puedo decir, que en muchas ocasiones, los profesor no hacen nada porque sus alumnos estén motivados para ir a clase, no son clases atractivas a las que merezca la pena asistir porque no se les da un enfoque adecuado o porque el profesor no sabe captar la atención de sus alumnos, por tanto, los alumnos dejan de acudir a clase, pensando que esa asignatura “no vale para nada” y no viéndole relación directa con el futuro profesional.

Para finalizar, decir que yo estoy más de acuerdo en realizar una evaluación continua que final, donde, como en el resto de países europeos, se dan facilidades para aprender y por tanto, también para aprobar.

Unknown ha dit...

Me parece muy interesante la reflexión de nuestro compañero Adrián, sobre las diferencias de nuestro Sistema Educativo con el resto de países, ya que considero que España vive una crisis educativa desde hace muchos años..

En nuestra misma carrera se puede apreciar...multitud de asignaturas teóricas que aportan un "chorro" de información directa al cerebro...con el propósito de almacenarla y aprobar el examen para poder superar la asignatura. Entra aquí el conflicto de Estudiamos para Aprender, o Estudiamos para Aprobar????

En la mayoría de asignaturas el proceso de enseñanza-aprendizaje a través de las interacciones con el profesor y el resto de alumnos queda olvidado de forma rotunda....tan sólo se asiste a clase para escuchar, percibir y entender...y la única fuente de interacción posible se da cuando no se entiende algo y el alumno decide preguntar. Es en este momento cuando el profesor trata de explicar el contenido con sus propias palabras, dejando de lado su preciosa presentación de "powerpoint".

Lo más común, profesores que diseñan preciosas y extravagantes diapositivas para su posterior uso, leyendo cada una de las palabras que alli aparecen y dejando a los alumnos como simples oyentes...MUY TRISTE!!!

Había que llegar a 5º para encontrar una asignatura diferente, donde puedes interactuar con el profesor y el resto de alumnos a través de las clases y a través del blog de la asignatura...que GRAN SORPRESA EDUCATIVA!!

JORGE ALARCÓN RODRIGO

Anònim ha dit...

Estoy de acuerdo con el artículo de Adrian y con muchas de sus afirmaciones al igual que las que aporta Ana.
Todos vemos en el día a día la asistencia de alumnado a ciertas clases, donde en aquellas en las que el profesor pasa lista están a "rebentar" mientras en las que es opcional mucha gente ni se molesta en ir. Con esto no cabe ninguna duda de que al alumnado no le interesa aprender sino ir pasando de curso y rellenar expediente. Como dice Jorge, sólo estudiamos para aprobar.

Y es aquí donde podemos plantearnos la pregunta de, ¿por qué los alumnos se motivan mucho más en clases prácticas y no en teóricas? por lo que ya se ha comentado con anterioridad, la poca interacción que existe en las clases teóricas entre alumno-profesor o alumno-alumno. Los asistentes a clases teóricas son meros oyentes, entran, escuchan y se van, sin plantearse tan siquiera ninguna cuestión a lo largo de una hora u hora y media que pueda durar la clase. Sin embargo, en la mayoría de las clases prácticas hay gran interacción entre el alumnado, se resuelven actividades en grupo, se debate, y por lo general el alumno es partícipe en todo momento en el proceso enseñanza-aprendizaje.

Como ya pudimos leer en uno de los libros de bibliografía específica del tema 8 "La evaluación formativa como instrumento de aprendizaje en educación física", gracias a los nuevos modelos de enseñanza la evaluación formativa es una herramienta muy importante para la formación del alumnado y que poco a poco es utilizada cada vez más por los docentes y sobre todo en EF para que los alumnos adquieran los conocmientos de una maner más eficaz que con simples evaluaciones objetivas donde se "juegan" la nota en una sola prueba.

Es una tarea de todos, en especial de los docentes de hoy día y los que se preparan para serlo en un futuro próximo ir cambiando poco a poco los sistemas de evaluación y la manera de impartir ciertas clases, intentando que sean atractivas para el alumnado y les sirvan para el día de mañana para desarrollar un oficio o simplemente para su vida diaria.

Miriam López

arcapa ha dit...

En primer lugar darle las gracias al autor de este post, ya que nos habla sobre un tema importantísimo y que está a la orden del día, como es el empobrecimiento académico que nos encontramos en nuestro sistema educativo y que comparándolo con el de otros países podemos comprobar cómo nos estamos quedando estancados.

En segundo lugar decir, que con el paso de los años y a lo largo de la carrera de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, nos hemos podido encontrar con muchas asignaturas mejores y otras peores, unas más atractivas y otras menos atractivas, unas más interesantes que otras, etc. pero el gran punto a reflexionar debe ser que los profesores se planteen él porque muchos de sus alumnos no se involucran en sus clases, no asisten a la gran mayoría de sus clases teóricas, etc. Aunque esto es como todo, habrán algunos que no les interese y pasen directamente y se dediquen a dar sus clases a través de la “pantallita” y otros, que harán por reflexionar e involucrarse más con tal de que el alumnado esté más contento e incluso participe en el proceso enseñanza-aprendizaje y a la vez, no se dedique a ser un mero oyente donde caliente la silla realizando acto de presencia.

Otro gran punto sobre el que hay que prestarle importancia es al comentado por mi compañero Jorge Alarcón cuando nos dice que para que estudiamos si para aprender o para aprobar. Tal y como está el sistema educativo actual donde la mayoría de clases se basan en clases magistrales donde el alumno es un mero oyente, me atrevería a decir que estudiamos para aprobar y este es un gran fallo que se debería plantear los de arriba con tal de buscar un cambio radical.

Por último, en mi opinión me decantaría más por una evaluación continua ya que conlleva ciertas ventajas como bien pueden ser la facilidad para aprobar ya que es un proceso donde estas en continuo seguimiento de la asignatura, aporta muchas más facilidades a la hora de aprender, etc. y no como en la evaluación final que te lo juegas todo a un examen final que como aquel que dice si tienes un “mal día”, estás perdido.

Arturo Calaforra

A2-09- OBESIDAD ha dit...

Primero felicitar a mi compañero Adrián por el post, ya que me parece muy interesante de todo lo que habla porque todo lo que cuenta es lo que nosotros hemos vivido en nuestros años de universidad y de enseñanza.
De esta forma vamos a ir dando nuestra opinión y desglosando punto por punto todos los comentarios del post.
En primer lugar decir al igual que mis compañeros que el sistema educativo universitario español se encuentra retrasado en comparación con el resto de países, pero no solo en el universitario sino en primaria, secundaria y ciclos de formación. (Aunque no estamos retrasados en tan solo eso, sino en otros ámbitos, aunque eso es caso aparte).
¿Por qué nos interesan más las clases prácticas que las teóricas? Está claro que necesitamos de una base teórica para poder llevarlo a la práctica, pero esa práctica es necesaria. Existen muchas asignaturas, tanto en nuestra carrera como en otras, que no sabes porque se encuentran en el plan de estudios, que no las vives y que simplemente debes aprobarla. Eso cambiaría todo si se enfocase de otra forma diferente, en la cual motivaran e involucraran más al alumnado. Pero no hacer prácticas por hacerlas, sino para que la gente realmente aprenda. Porque seguimos opinando que hay asignaturas en nuestra carrera más en concreto, que realmente le colocan una “etiqueta” de base práctica, pero la gente realmente va para sumar un “misero” punto para subir nota y no porque le interese.
También pensamos que una de las cosas por las que son clases “magistrales” por parte de los profesores y esa pequeña relación entre alumno-profesor, es debido a que los alumnos ante preguntas no quieran responder ya sea por falta de una base y equivocarse en público (esto viene desde edades tempranas), o por el miedo a lo que piensen los propios compañeros. De esta forma quiero hacer reflexionar a compañeros para que en un futuro siendo docentes no cometan los mismos errores que se están cometiendo ahora y estrechar una relación entre alumno-profesor. Por lo que respecta a la implicación por parte de los alumnos estoy de acuerdo en todo lo que han dicho y expuesto. Existe una relajación del alumnado increíble, ya que las clases son teóricas y después se pueden conseguir los apuntes, ya sea por una vía u otra.
Personas cercanas a mí y que terminaron la carrera siguen preguntándose el “por qué” de algunas asignaturas y de su aplicación ya que no le sirven de nada en su aplicación al mundo laboral. Debería de estar todo más encaminado y relacionado hacia ese futuro próximo, ya que cuando sales de la carrera es como si no supieras que quieres hacer, donde vas a estar e incluso de que sirve lo que has estudiado.
Con lo que sí que estamos totalmente en desacuerdo del sistema de enseñanza español, es con el sistema de evaluación. Aunque nosotros tengamos asignaturas “casi” totalmente prácticas, después te evalúan en un difícil examen de los contenidos teóricos que has aprendido durante todo el año. Una época mala para todos los estudiantes ya que se encuentran bajo mucha presión en todas las asignaturas. Pensamos que se debería trabajar el día a día, la participación, la colaboración, realización de trabajos y la realización de un examen teórico con pocos contenidos y con menos presencia en la nota final. Pensamos que la suma de todas estas involucraría más a los alumnos y ayudaría más a conseguir el objetivo final: una buena formación de contenidos.

Antonio Reina Gutiérrez
Carlos Pascual Vicedo

A2-09- OBESIDAD ha dit...
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Elena ha dit...

Voy a comentar algunos extractos del texto que me han llamado la atención:

1. “Una de las causas que atribuimos a este modo de actuar es la gran cantidad de ayudas y becas otorgadas que, aunque a todos nos gustan y nos vienen bien, dan un amplio grado de libertad y relajación a los alumnos, que no existiría si este dinero saliera de sus bolsillos.”

No comparto esta afirmación del texto. Se supone que tú estudias para trabajar, no trabajas para pagarte tus estudios. Además, gracias al sistema público de este país, cualquier persona puede acceder a carreras universitarias sin importar su nivel económico (no tienes que ser un “hija de papá” para poder estudiar como ocurre en EEUU y otros países). Si se eliminaran las becas, como se plantea en esta afirmación, mucha gente válida tendría que abandonar sus estudios. Uno estudia porque le motiva y le gusta su carrera, no por presiones económicas.

2. “En cambio, en España, se esconden frente a las posibles preguntas de los profesores, siendo meros oyentes de las clases magistrales a las que están acostumbrados”.

No se puede generalizar, bien es cierto que el planteamiento de las clases en España muchas veces limita la participación de los alumnos, pero cuando hay posibilidad de participar la gente sí que se entrega.

3. “En dichos países se centra en mayor medida en orientar las asignaturas hacia una formación laboral en donde se enseñan diferentes técnicas de aplicación, buscando crear trabajadores más aptos y cualificados”.

No comparto esta afirmación. Volviendo al debate del tema 2, se está quitando autonomía a las personas para convertirlas en autómatas obedientes. Nos especializan para ser una pequeña pieza del sistema y no tener la posibilidad de pensar por nosotros mismos. Se le está dando más importancia a la eficacia y al rendimiento que a la formación integral y humana. Hoy en día si no eres productivo no sirves. Si no estudias una carrera “provechosa” como una ingeniería no tienes cabida en este sistema. Carreras tan importantes como filosofía, humanidades, historia del arte, etc. corren un serio peligro de desaparecer simplemente por no encajar en el liberalismo económico. Se ganará en productividad, pero se perderá en riqueza cultural.

4. “En una conversación […] nos dimos cuenta del retraso que vive el sistema universitario español con respecto a dichos países”.

Estoy de acuerdo en que hace falta una reforma del sistema educativo con una importante inversión económica. Se necesita más profesorado, más ayudas y mejores instalaciones. Se debe innovar; utilizar otros métodos de enseñanza, otros sistemas de evaluación, etc. como bien han comentado mis compañeros.

Elena ha dit...
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Elena ha dit...
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