Por Sarah Jane Macaggi y Angela González Ivars,
estudiantes de Metodología de la Enseñanza de la AF y el Deporte
Generalmente cuando se habla de un artista circense es habitual escuchar comentarios tales como:” ¡Tú en educación física no tendrás problemas! ” Pero… ¿qué hay de cierto en todo esto?
Realmente, en el circo, por ser un mundo “diferente” o mejor dicho, poco conocido, no a todo el mundo le gusta la actividad física, pertenecer a este no es sinónimo de tener dicha afición. Que un niño nazca y crezca en un circo no implica ser un gran atleta, malabarista, gimnasta, etc.
Como experiencia personal, he podido comprobar que “generalmente” la práctica de actividad física se fomenta mucho en este mundo ya que quién llega más alto en el circo, es el que consigue ser el mejor artista, ya sea trapecista, malabarista, payaso o acróbata. Al igual que en el resto de la sociedad, los padres desean que sus hijos estudien y se saquen una carrera, en el mundo circense, el mayor logro para un padre es que su hijo destaque como artista.
Por este motivo en la infancia se procura que los niños desarrollen las distintas habilidades motrices trabajando así la flexibilidad, la coordinación, el equilibrio, la fuerza … para que estén preparados físicamente cuando tengan que elegir una modalidad en la que se especialicen.
Generalmente, el estilo de enseñanza utilizada en estos entrenamientos es el de la enseñanza basada en la tarea, por el cual, el profesor asigna la tarea o el ejercicio y el alumno lo ejecuta bajo su supervisión. Dependiendo de la modalidad, pueden existir otros estilos de enseñanza como el mando directo en coreografías o en ejercicios en los que el ritmo de ejecución es imprescindible para la realización de éstos.
Lo que poca gente tiene en cuenta es el componente sociomotriz en estos niños. En actividades de acrosport, números de troupe como básculas, trapecios volantes, etc., sí interaccionan con otros compañeros, pero realmente lo que hacen es automatizar gestos o acciones motrices. La toma de decisiones no es un aspecto que se trabaje en estas actividades.
Y llegados a este punto os podréis preguntar: ¿Y estos aspectos no los trabajan en el colegio? Para profundizar un poco más en este tema, hemos querido hablar con el profesor del colegio público del Gran Circo Wonderland, Miguel Portas Rocha, profesor de educación primaria y licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que nos ha hecho las siguientes reflexiones:
“Desde mi punto de vista, las características especiales más definitorias con las que nos encontramos son la grandísima heterogeneidad en cuanto a las edades de los alumnos, el déficit de instalaciones y material específico de educación física y los grupos reducidos que empobrecen las tareas demandadas. Por otro lado, también existen aspectos positivos o facilitadores como pueden ser las relaciones más estrechas que se establecen entre educador y alumno, la posibilidad de aprovechar los recursos que el emplazamiento del circo nos ofrezca en cada momento o la visión global que tenemos de todo el proceso educativo ya que, en mi caso, el maestro de educación física también lo es de las restantes materias”.
“El déficit de material es algo que podemos revertir en “beneficio” para tratar como un contenido más de trabajo elaborando, en muchas ocasiones, nuestro propio material”.
“La heterogeneidad de edades y los grupos reducidos es algo con soluciones más complejas. Actualmente, en mi reducido grupo de alumnos, trabajo con una horquilla que va desde los 5 a los 16 años lo que, evidentemente, supone unas diferencias a nivel psicofísico muy difíciles de atender desde unas mismas tareas que impliquen a todos. Se corre el riesgo de plantearse objetivos fuera del límite de desarrollo próximo de los más pequeños y con un nivel de exigencia muy endeble para los mayores. Tampoco la solución de dividir el grupo por niveles es posible debido al escaso número de alumnos. Ciertas actividades de expresión corporal, los juegos cooperativos o la elaboración de materiales alternativos en el aula son algunas de las actividades que suelen resultar efectivas con estos grupos tan particulares, no obstante, es evidente que siguen existiendo carencias relativas a la socialización de los alumnos y al desempeño motriz específico de cada nivel (por ejemplo, el desarrollo del pensamiento táctico demandado en las actividades colectivas). Ante esto, considero que la mejor opción es la coordinación con los centros docentes de la zona en la que nos encontramos en cada momento para participar, proponer u organizar actividades que impliquen a un número elevado de alumnos y que de paso ayude a nuestros alumnos a salir de la endogamia en la que se encuentran habitualmente estableciéndose de este modo un intercambio de conocimientos, experiencias y habilidades que ha de ser beneficioso de forma bidireccional”.
Con este artículo hemos querido dar a conocer la realidad ignorada por muchas personas. Esperamos que en un futuro se amplíen las soluciones a estos problemas y que aumente el interés hacia la formación de estos niños por parte de los futuros profesores u entrenadores.
Realmente, en el circo, por ser un mundo “diferente” o mejor dicho, poco conocido, no a todo el mundo le gusta la actividad física, pertenecer a este no es sinónimo de tener dicha afición. Que un niño nazca y crezca en un circo no implica ser un gran atleta, malabarista, gimnasta, etc.
Como experiencia personal, he podido comprobar que “generalmente” la práctica de actividad física se fomenta mucho en este mundo ya que quién llega más alto en el circo, es el que consigue ser el mejor artista, ya sea trapecista, malabarista, payaso o acróbata. Al igual que en el resto de la sociedad, los padres desean que sus hijos estudien y se saquen una carrera, en el mundo circense, el mayor logro para un padre es que su hijo destaque como artista.
Por este motivo en la infancia se procura que los niños desarrollen las distintas habilidades motrices trabajando así la flexibilidad, la coordinación, el equilibrio, la fuerza … para que estén preparados físicamente cuando tengan que elegir una modalidad en la que se especialicen.
Generalmente, el estilo de enseñanza utilizada en estos entrenamientos es el de la enseñanza basada en la tarea, por el cual, el profesor asigna la tarea o el ejercicio y el alumno lo ejecuta bajo su supervisión. Dependiendo de la modalidad, pueden existir otros estilos de enseñanza como el mando directo en coreografías o en ejercicios en los que el ritmo de ejecución es imprescindible para la realización de éstos.
Lo que poca gente tiene en cuenta es el componente sociomotriz en estos niños. En actividades de acrosport, números de troupe como básculas, trapecios volantes, etc., sí interaccionan con otros compañeros, pero realmente lo que hacen es automatizar gestos o acciones motrices. La toma de decisiones no es un aspecto que se trabaje en estas actividades.
Y llegados a este punto os podréis preguntar: ¿Y estos aspectos no los trabajan en el colegio? Para profundizar un poco más en este tema, hemos querido hablar con el profesor del colegio público del Gran Circo Wonderland, Miguel Portas Rocha, profesor de educación primaria y licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que nos ha hecho las siguientes reflexiones:
“Desde mi punto de vista, las características especiales más definitorias con las que nos encontramos son la grandísima heterogeneidad en cuanto a las edades de los alumnos, el déficit de instalaciones y material específico de educación física y los grupos reducidos que empobrecen las tareas demandadas. Por otro lado, también existen aspectos positivos o facilitadores como pueden ser las relaciones más estrechas que se establecen entre educador y alumno, la posibilidad de aprovechar los recursos que el emplazamiento del circo nos ofrezca en cada momento o la visión global que tenemos de todo el proceso educativo ya que, en mi caso, el maestro de educación física también lo es de las restantes materias”.
“El déficit de material es algo que podemos revertir en “beneficio” para tratar como un contenido más de trabajo elaborando, en muchas ocasiones, nuestro propio material”.
“La heterogeneidad de edades y los grupos reducidos es algo con soluciones más complejas. Actualmente, en mi reducido grupo de alumnos, trabajo con una horquilla que va desde los 5 a los 16 años lo que, evidentemente, supone unas diferencias a nivel psicofísico muy difíciles de atender desde unas mismas tareas que impliquen a todos. Se corre el riesgo de plantearse objetivos fuera del límite de desarrollo próximo de los más pequeños y con un nivel de exigencia muy endeble para los mayores. Tampoco la solución de dividir el grupo por niveles es posible debido al escaso número de alumnos. Ciertas actividades de expresión corporal, los juegos cooperativos o la elaboración de materiales alternativos en el aula son algunas de las actividades que suelen resultar efectivas con estos grupos tan particulares, no obstante, es evidente que siguen existiendo carencias relativas a la socialización de los alumnos y al desempeño motriz específico de cada nivel (por ejemplo, el desarrollo del pensamiento táctico demandado en las actividades colectivas). Ante esto, considero que la mejor opción es la coordinación con los centros docentes de la zona en la que nos encontramos en cada momento para participar, proponer u organizar actividades que impliquen a un número elevado de alumnos y que de paso ayude a nuestros alumnos a salir de la endogamia en la que se encuentran habitualmente estableciéndose de este modo un intercambio de conocimientos, experiencias y habilidades que ha de ser beneficioso de forma bidireccional”.
Con este artículo hemos querido dar a conocer la realidad ignorada por muchas personas. Esperamos que en un futuro se amplíen las soluciones a estos problemas y que aumente el interés hacia la formación de estos niños por parte de los futuros profesores u entrenadores.
1 comentari:
Este tema del circo me ha llamado siempre mucho la atención. La primera de las cosas por las que me ha llamado la atención es como bien se ha dicho en el artículo por el amplio margen de edad que existe en este tipo de actividades. En un principio parece un poco contradictorio, después de todo lo que nos han contado en diferentes asignaturas de la carrera sobre el desarrollo tanto físico como intelectual de las personas, que estén en una misma aula niños de 5 años y jóvenes de 18. A todo el mundo que haya estudiado educación física le parecerá supongo tan contradictorio como a mí pero una cosa es cierta, a pesar de las desventajas que esto supone, también tiene sus ventajas.
Estaremos todo de acuerdo en que estarán en diferentes etapas de desarrollo todos, y habrá más diferencias entre los de 18 y los de 5. Pero y ¿por qué no plantear actividades en las que los de 18 puedan ayudar a los niños de 5 sin tener que tener un profesor especializado? Lo he estado pensando y creo que no sería mala idea. Al margen de que si que hay aspectos que si que los debería de impartir alguien especializado en la materia como puede ser un profesor de educación física, hay otro en los que los alumnos más mayores podrían ayudar a los de 5 años.
En uno de los artículos que he encontrado sobre este tema, nos habla sobre lo difícil que es para los niños esta situación de vivir en un circo. No estás más de cierto tiempo en un sitio, y esto para el desarrollo no solo motor, sino psicológico y social de los niños tiene que ser muy duro. También en uno de los artículos se comenta el hecho de dejarlos en un centro uno o más años, pero esto en mi opinión sería inviable, ya que, para los padres el hecho de estar tanto tiempo sin ver a los hijos no sería muy agradable. Pero creo que está bien el hecho de introducir un profesor de educación física en los circos, pero teniendo en cuenta a la vez que los jóvenes pueden estar ayudando a los niños de 5 años en ciertas actividades y así aprovechar la experiencia que tienen estos.
Me gustaría por otra parte, comentar en mi opinión, que no me parece del todo correcto el hecho de que niños de 5 años estén actuando en los circos. Me parece que son demasiado pequeños para que desde esa edad estén actuando en estos espectáculos. Además, yo conozco a una compañera mía de clase, que se ha tenido que ir a Francia, por tema del circo, que le llamaron para trabajar ahí. Me comenta que es increíble que haya tantos niños de tan poca edad trabajando en un circo. Que hay niños de 5-6 años entrenando todos los días, bastantes horas, sobre todo físicamente. Esto me parece una cosa que en mi opinión es inadmisible. No digo que en todos los circos sea igual, ni mucho menos, pero en los que esto pase, me parece totalmente inadmisible.
Cambiando un poco de tema, me gustaría comentar también, ya que he encontrado otro artículo relacionado con esto, de la gran ayuda que tenemos los profesores de educación física para nuestras clases, con las actividades de circo. Tanto malabares, como de expresión corporal, etc. Con todas estas actividades se pueden desarrollar un montón de aspectos relacionados con la creatividad, desarrollo motor, coordinación, etc. Me parecen actividades que se deberían de añadir en todos los colegios, en donde utilizando un material tan simple se pueden desarrollar un montón de cualidades. Material tan simple que muchas veces lo pueden realizar hasta los propios alumnos.
Referencias bibliográficas:
- Molinero, R. (2010). “la magia de las aulas del circo”. Revista digital: Innovación y experiencias educativas, nº 30, mayo, 2010.
- BORTOLETO, Marco Antonio Coelho. (2006). “Circo y educación física: los juegos circenses como recurso pedagógico”. Revista Stadium, Buenos Aires, nº 195, marzo de 2006.
Publica un comentari a l'entrada