Per Adrian Eixeres Esteve,
estudiant de Planificació i avaluació de l'AF i l'Esport
estudiant de Planificació i avaluació de l'AF i l'Esport
Des del dia que vaig nàixer
tothom em volia classificar,
inclús quan vaig créixer,
ma mare em seguia emmarcant.
Quan era ben menut,
estava sempre preocupat
per si era el més sabut
i el control havia aprovat.
Quan més gran era d'edat
la cosa seguia igual
però jo em vaig deixar de preocupar,
per allò de la “rebeldia” de l’edat.
En arribar a l’ESO,
tots em van espantar:
si no ho traus tot en nota,
te n'aniràs a treballar
Quan a la fi l’ESO vaig acabar,
i creia que tot estava fet,
el pitjor estava per arribar,
com no, era el Batxillerat.
En aplegar a Batxillerat,
la vida em vaig jugar;
si no aprovava el PAU,
me’n tornaria a treballar.
Per a entrar a FCAFE,
calia el PAU aprovar,
i, a més, les proves físiques,
en què et podien eliminar.
En aplegar a la universitat,
creia que tot havia acabat,
però encara em quedava per escoltar:
si no vens el 80% no ets aprovat.
Aquesta historia no ha acabat,
i encara que no trobe solucions
per a tot aquest embolicat...
cal que aprove les oposicions.
tothom em volia classificar,
inclús quan vaig créixer,
ma mare em seguia emmarcant.
Quan era ben menut,
estava sempre preocupat
per si era el més sabut
i el control havia aprovat.
Quan més gran era d'edat
la cosa seguia igual
però jo em vaig deixar de preocupar,
per allò de la “rebeldia” de l’edat.
En arribar a l’ESO,
tots em van espantar:
si no ho traus tot en nota,
te n'aniràs a treballar
Quan a la fi l’ESO vaig acabar,
i creia que tot estava fet,
el pitjor estava per arribar,
com no, era el Batxillerat.
En aplegar a Batxillerat,
la vida em vaig jugar;
si no aprovava el PAU,
me’n tornaria a treballar.
Per a entrar a FCAFE,
calia el PAU aprovar,
i, a més, les proves físiques,
en què et podien eliminar.
En aplegar a la universitat,
creia que tot havia acabat,
però encara em quedava per escoltar:
si no vens el 80% no ets aprovat.
Aquesta historia no ha acabat,
i encara que no trobe solucions
per a tot aquest embolicat...
cal que aprove les oposicions.
10 comentaris:
Hola,soy Noelia Domínguez,alumna de F.C.A.F.E en la asignatura de "Metodología de la enseñanza de la actividad física y el deporte" y me dispongo a comentar por primera vez vuestra revista.
El principal motivo por el que me ha llamado la atención esta entrada, aparte de la peculiar diferencia al estar escrita en verso, se debe a que comparto un sentimiento muy similar con el autor. Desde mi punto de vista hoy en día nos encontramos en una sociedad que cada vez tiende más a clasificarlo todo, se ha creado una necesidad inquietante por calificar en este caso a las personas, por etiquetarlas, evaluarlas para decidir si son o no buenas en algo, si merecen un aprobado o un suspenso, si sirven o no para una determinada función y qué representación numérica se ajusta a ellas. Para llevar a cabo este examen, se están estableciendo unos parámetros o medidas estándares a partir de las cuales se incorpora a las personas en un grupo u otro, y todo ello lo vivimos desde bien pequeños. Crecemos viendo como continuamente se nos diferencia de los demás por una nota, se nos compara, se nos critica y se nos juzga en base a ésta.
Es cierto que en muchos casos para pasar de curso, para obtener una plaza de trabajo en un colegio, para aspirar a algo más, o cualquier situación similar, es necesario hacer algún tipo de prueba que verifique y muestre que tenemos los conocimientos y capacidades necesarias para desempeñar una función. Sin embargo, el problema se da cuando desde edades muy tempranas hasta prácticamente toda nuestra vida empezamos a sentirnos analizados constantemente, a sentir que nos están observando o poniendo pruebas para juzgarnos, para decidir si valemos o si somos útiles o no en esta sociedad. A medida que esta sensación y este sentimiento van creciendo, nuestro objetivo es obtener una nota numérica que va a representarnos de algún modo a lo largo de nuestras vidas. En este momento todo el proceso de aprendizaje de cualquier persona presta muchísima más atención a esta nota que a la formación, nos centramos más en obtener un número y demostrar a los demás que valemos que en aprender, en tener unos conocimientos más completos, en superarnos, en observar cómo evolucionamos poco a poco, en ser más expertos en lo que hacemos, en hacer cada día mejor nuestro trabajo, en ser más eficaces e implicarnos más en nuestra evolución y desarrollo, y nos olvidamos sobre en todo en disfrutar de ello. Y no acontece únicamente a la enseñanza, dependemos de ese número, de esa crítica y de esa evaluación por parte de terceras personas incluso en muchos más ámbitos, como puede ser en el momento en el que decidimos especializarnos un poco más en un hobby.
Este es el problema que genera una excesiva tendencia social a la calificación, que hace que las personas compitan entre sí siendo compañeros de la misma clase, y que crea un miedo a ser constantemente juzgados, consiguiendo que se apoderen de nuestras vidas las inseguridades, el pánico a hacer algo mal, a equivocarse, a errar, a tener fallos olvidándonos de que de esas imperfecciones y fallos también se aprende y que nos pueden servir para mejorar en un futuro.
Es importante contrastar y evaluar si nuestros conocimientos y capacidades son las que se exigen a lo largo de cada etapa o si se ajustan a un determinado nivel, pero resulta muy peligroso que, en este caso el proceso de aprendizaje y la formación de una persona , pierda su finalidad, y caiga en la tendencia de valorar simplemente una calificación y dar tan sólo importancia a un resultado final sin tener en cuenta todo el recorrido que se ha llevado a cabo para obtener ese resultado.
Hola,
soy Daniel Perales Gómez, alumno de "Metodología de la enseñanza de la actividad física y el deporte", de FCAFE.
He observado la entrada y me ha llamado la atención por la diferencia de estilo en cuanto las demás, pero su contenido me ha gustado.
Y me ha gustado porque relaciono todo lo que nos dice con la situación actual que tienen los licenciados en actividad física y deporte (o los futuros graduados y licenciados).
Y es que en cuantos polideportivos encontramos a gente con poca cualificación o sin ningun título entrenando equipos deportivos de niños? La verdad, en demasiados... A veces, simplemente con un título de "Monitor" les sirve para estar trabajando en algo que incluso a veces no les gusta, lo hacen por pura rutina. Y los demás, gente que le gusta entrenar y educar y que tiene una carrera dedicada a eso, está en casa sin poder trabajar. Así, todos estos licenciados que estén en la misma situación, podrán observar la entrada y reflexionarán sobre lo mucho que les ha costado llegar a conseguir un título que despues no está siendo reconocido.
Eso sí, por mi parte pienso que es necesario todo ese procedimiento que nos ha comentado Adrían, porque la formación de los niños pasará por una buena enseñanza, y una buena enseñanza dependerá de todos los aspectos aprendidos durante nuestra formación.
Por último comentar que depende de nosotros que esta "rutina" cambie, hay que hacer ver a toda la sociedad que el trabajo de ser entrenador de unos niños no es un trabajo que puede hacer cualquiera, es un trabajo que debe seguir unas pautas que sólo los titulados conocen a al perfección.
Esta ha sido mi opinión, probablemente haya lugares donde esto estará cambiando, pero por lo que yo se hay muchos sitios donde sigue la situación igual. Hagamos que toda nuestra formación nos sirva para el futuro.
Hola, soy Pablo Aparici, alumno de Metodología de la Enseñanza como mis dos compañeros que han comentado este mismo artículo. Es el primer artículo que comento de la revista, pues me ha llamado la atención ver tu trabajada aportación y como se ajusta a la infancia de la mayoría de nosotros. Desde pequeños nos han acostumbrados a calificar nuestros conocimientos sobre una matería en papel, mediante pruebas que básicamente miden tu capacidad de memorizar datos de todos los estilos. Yo pienso que para tener un verdadero conocimiento de cualquier asignatura, no sólo es necesario saber repetir aquello leído de un libro la noche antes del examen. La adquisición del conocimiento debería estar más ligada a un verdadero esfuerzo cognitivo por parte del alumno para entender y criticar aquello que se le plantea. No debería ser una tarea basada en aprenderte, por ejemplo, todos los elementos de la tabla periódica, sino de saber más allá de de los nombres de cada uno de ellos y sus valencias. Entonces hablaríamos de un verdadero aprendizaje.
Nosotros, como futuros, profesores, entrenadores, preparadores físicos y un largo etcétera, deberíamos plantearnos esto y tratar de inculcar esta idea a nuestros alumnos, jugadores, etc., para que se diesen cuenta de que no es más listo aquel que saca más nota, sino aquel que consigue retener lo aprendido más que el día del examen.
Viendo este post, se me ha ocurrido establecer una comparación de la evaluación de los alumnos, a lo largo de toda su vida estudiantil, es decir, desde las primeras evaluaciones en educación primaria hasta la universidad.
En primer lugar, en cuanto a las evaluaciones en primaria, me gustaría destacar que no se centran en la obtención de resultados, sino en la busqueda de errores en el aprendizaje de los alumnos, a fin de que los conceptos básicos queden bien reforzados en sus mentes. Los exámenes o controles suelen ser de 1 tema o 2, con pocos conceptos, con el fin de facilitar la obtencion de esos conocimientos.
Poco a poco, conforme se va avanzando de curso, la evaluación se va complicando poco a poco ya que en los últimos cursos de primaria ya son examenes que empiezan a centrarse en la obtención de resultados, es decir, si te lo sabes bien, si no a repetir. Depende del propio alumno el aprobar o no. Esta dinámica se repetirá hasta el final de la vida estudiantil.
Entramos en la E.S.O. Lo exámenes ya son de más temas y en los temas aparecen más conceptos y con una mayor complejidad. Pese a que el profesor está "encima" de los alumnos, el aprendizaje o no, depende casi totalmente del alumno.
En la etapa de Bachillerato, se supone que es una preparación para la universidad, con lo que la obtención de resultados es lo más importante ya que la nota dependerá para la elección de los estudios posteriores. Pese a que los expertos en la educación pretenden implantar un sistema de educación integrado basado en el proceso y no en el resultado, considero que hay una contradicción muy grande, ya que al fin y al cabo lo único que importa para el futuro del alumno es la nota media de bachillerato y no el nivel de conocimientos adquiridos.
En cuanto a la etapa universitaria, para mí tiene validez compararla con una carrera de atletismo, la prueba de 1500 m. Es una etapa de mucho esfuerzo, que cuando se empieza parece interminable, pero que una vez acabada, se ha pasado rápidamente.
Los exámenes son de todo el temario de la asignatura y en ellos se determina si tienes los conocimientos suficientes como para seguir avanzando en la carrera.
Por último, me gustaría terminar con la comparación de los 1500 m, en cuanto al que llega primero a la meta es el reconocido social, al igual que en la universidad el que mejor nota obtenga, aunque su nivel de conocimiento sea menor, es que mejor reconocimiento social obtendrá.
Por lo tanto la conclusión que obtengo, desde mi punto de vista es que la evaluación es el sistema con mayor disonancia en el aspecto educativo, ya que pretendiendo ser un modelo basado en el proceso, lo único que realmente importa es la nota obtenida en esa evaluación, es decir, el resultado plasmado en un papel.
Hola , soy Enzo Diarte y me ha llamado la atención este post de la revista. Me gustaría resaltar que el camino que ha decidido elegir el protagonista de esta historia , creo que hoy en día es el camino más difícil. Más difícil para poder llevar una estabilidad laboral y estudiantil. Hoy en día, creo que es muy difícil que la gente escoja la carrera universitaria que ha elegido como opción en el bachillerato, en otros paises, como Francia no hay que realizar unas PAU para ingresar en la carrera. Esto puede producir un gran fracaso escolar, muchos alumnos pensarán , para que voy a estudiar si no opto a la carrera que me gustaría.
Muchos otros eligen otro camino que no ha nombrado el protagonista, los grados medios y superiores. Creo sinceramente que los estudiantes que salen de los FP salen mas preparados para el mundo laboral que los estudiantes universitarios. Me he dado cuenta que hoy en día es mucho más importante una experiencia laboral, que un prestigioso currículum lleno de títulos universitarios.
Creo que se podría encontrar un poco de crítica a la sociedad y a nuestro sistema de educación en esta historia.
Me ha gustado considerablemente el estilo en el que se hace esta reflexion, y quiero quedarme con el punto de irse a trabajar.
Despues de haber hecho todo el camino hasta el 3er curso de una carrera me pregunto muchas veces si realmente he hecho bien eligiendo este camino. Quiero decir, si hago un estudio de tiempo y dinero empleado para llegar hasta aqui, y las oportunidades que vamos a tener para trabajar cuando salgamos (muy pocas por cierto) salimos perdiendo las personas que hemos decidido estudiar esto con respecto a los estudiantes de FP.
Es mucho mas dificil y estresante llegar hasta aqui que hacer un ciclo y salir al mundo laboral, ademas como bien dice Enzo en los ciclos se prepara mas encaminado a lo que el mercado busca y no nos equivoquemos el sueldo de un FP y el nuestro no va a diferir suficiente como para costear los 5 años adicionales de estudio y el dinero de las matriculas y masters mas adelante.
Entonces mi pregunta sigue siendo: ¿Realmente vale la pena tanto estres?
Primero de todo, quería felicitar a mi compañero Adrian Eixeres por el post que ha publicado, ya que en el primer cuatrimestre cuando realizamos la tarea de redactar nuestra experiencia con los exámenes el tuvo la gran idea de plasmarlo en forma de poesía.
No he podido evitar fijarme en este post, porque creo que es un tema en el cual se puede argumentar mucho, ya que la evaluación es un término que nos marca a todos la vida. Creo que es necesaria para demostrar nuestro conocimiento, pero estoy en contra de los métodos y de la comprensión de muchas personas hacia ella. Con esto quiero decir que evaluar no significa realizar exámenes, y aprobar no significa que se haya obtenido conocimiento.
Para comprender bien los términos que he utilizado, recomiendo la lectura de J.M. Álvarez Méndez, “Evaluar para conocer, examinar para excluir”. Muchos profesores no tienen conciencia de que es en realidad la evaluación que marca tantas etapas en las personas de hoy en día, como bien dice el autor de este libro: “La evaluación de hoy en día es una mera exclusión y búsqueda/selección de los mejores…/ Todo se basa en los exámenes; en el conocimiento de la memoria y la preparación que el mercado necesita…”.
Hay que tener en cuenta que en el campo de la evaluación, muchos conceptos vienen marcados de la época de los 60-70, la cual es una época donde los contextos ideológicos eran muy conservadores y tenían una grande preocupación por las soluciones técnicas. El error es que este método de evaluación en la actualidad está muy influenciado por el de hace muchos años y esto es lo que debe actualizarse; debemos ir cambiando el “chip” de que hay mil modos de evaluar a una persona y no tiene que ser siempre el de realizar un examen final donde se juegue todo el proceso de un año, es decir, apoyar y defender una evaluación alternativa, donde destaque la evaluación desde la racionalidad práctica y la acción comunicativa.
LA DIFICIL SITUACIÓ PER AVALUAR
Abans d’iniciar la reflexió , aprofite per felicitar al meu company Adrian Eixeres pel magnífic post que ha redactat.
Tot seguit, cal saber, que els professors/es és troben obligats a qualificar per dos motius: pel mal funcionament del sistema educatiu i per la necessitat imperiosa dels pares per veure una nota que certifique/assegure el aprenentatge dels seus fills.
Davant d’aquesta situació, els principals damnificats son els estudiants, ja que l’esporàdica qualificació (duta a terme tres o quatre vegades a l’any en forma d’exàmens) no mostra el verdader procés d’aprenentatge.
Açò ocasiona que els docents, en contra de la seua voluntat, es veguin obligats a mesurar i controlar les aptituds de l’alumnat (deixant al marge el procés avaluatiu). Com bé diu la psicòloga Carmen Martín: “es tracta d’avaluar per aprendre, no d’aprendre per a ser qualificat, ni d’ensenyar per a mesurar, ni d’estudiar per a ser examinat”.
Per tot l’anterior, amb l’objectiu de no errar creant tasques ineficients, caldrà diferenciar entre dos conceptes: avaluar i examinar/qualificar. Entenem per avaluació el procés continu que consisteix en recollir la màxima informació del discent amb l’objectiu de millorar i orientar el procés d’ensenyança-aprenentatge. Aquest ha de ser prolongat, formatiu, requereix una planificació i s’ha d’adaptar al nivell de l’alumne (cal tindre en compte el context social, familiar, actitudinal, etc.). Per contra, examinar, consisteix en mesurar el coneixements dels estudiants per mitjà d’exàmens esporàdics de tipus estàndard. No caldrà fixar-se en els diferents contextos perquè el examen serà idèntic per a tots; el resultat final quedarà plasmat en una nota numèrica, que haurà de superar la franja del “5” per poder aprovar.
Per finalitzar, després de l’exposició, queda clar que avaluar no es gens fàcil, es tracta d’un procés laboriós i planificat, però que s’ha de fer per aconseguir una educació justa i de qualitat.
Me ha encantado el post, conforme lo iba leyendo me iba sintiendo identificado con cada momento de mi vida.
Pero en realidad los profesores tienen que hacer eso, calificar a los alumnos, ya que los alumnos tienen que demostrar de alguna manera que han estudiado o se han interesado por los temas de la asignatura.
En mi caso, la influencia de los padres no a sido como la del post, mis padres por suerte o desgracia, nunca me han dicho si no estudias, a trabajar. Al contrario me han dicho que todo el mundo no sirve para estudiar, que también se puede trabajar, gracias a esto, al no tener presión, me ha ayudado a querer seguir estudiando.
Quizás muchos jóvenes de ahora no saben lo que es trabajar, en mi caso tengo que trabajar todos los veranos en un supermercado para poder estudiar, la verdad, no quiero trabajar en un supermercado el resto de mi vida, por tanto quiero estudiar para tener un futuro mejor ( sin infravalorar a los que trabajan en supermercados).
Si muchos estudiantes les hicieran trabajar 1 mes, verían como no les importa tanto, los exámenes, o la presión de sus padres, ya que estos quieren lo mejor para ellos.
Nadie nos obliga a estudiar en realidad, pero la vida no es un camino de rosas, y si quieres vivir feliz y bien contigo mismo por hacer aquello que te gusta, el esfuerzo sera mayor, por tanto contra mas esfuerzo mas recompensa nos dará la vida, es mi opinión
Quan el quadrimestre passat realitzarem l’ activitat sobre que havien sigut per a nosaltres els exàmens ja hem va cridar l’ atenció la forma d’ Adrià per transmetre el que pensava. Al entrar al post i veure aquesta entrada no he pogut evitar comentar-la, ja que el tema de l’ avaluació hem pareix un tema de gran importància.
Tota la nostra vida hem estat sotmesos a una avaluació contínua dels nostres coneixements, primer en l’ escola, després en l’ institut, ara en l’ universitat. Ha sigut necessari i imprescindible per a nosaltres realitzar tots els exàmens que hem realitzar per a haver arribat fins ací? Està clar que en molts àmbits de la nostra vida, i sobretot en l’ àmbit educatiu, tenim que ser avaluats d’ alguna manera, per saber si estem desenvolupant totes les àrees de aprenentatge i podem superar el curs educatiu, per saber si estem preparats per a realitzar en un futur una professió; però és precís utilitzar els exàmens sempre per avaluar? És un criteri eficaç i determinant sobre si una persona esta preparada o aprovada o no? Que aproves els exàmens significa que tens més coneixement sobre la matèria que el teu company que no ha contestat bé les 10 preguntes de l’ examen?
Personalment pense que el sistema educatiu compta amb diversos “errors” que deurien remediar-se per intentar millorar la formació i l’ educació dels alumnes, i pense que el sistema d’ avaluació mitjançant els exàmens és un d’ ells.
No podem negar que en algunes ocasions els exàmens, tant escrits com orals, són el millor recurs per avaluar,però hi ha molts més mètodes, com l’ exposició de treballs, pràctiques en classe, actitud i progrés de l’ alumne; i factors per observar, intel•ligència, creativitat, factor social; que la simple transmissió per part l’ alumne de l’ informació que li ha donat el professor. A més, al meu parèixer, els exàmens, no solament no tenen efectes positius en l’ educació, si no que són perjudicials en el procés d’ aprenentatge dels alumnes. En moltes ocasions donem molta importància a aprendre únicament allò que necessites per als exàmens i no t’ atures realment a escoltar, recapacitar i entendre allò que t’ estan intentant explicar. Hem arribat a una situació en que les persones estudiem i memoritzem allò que ens poden preguntar per por de no obtenir la nota suficient per poder aprovar, no per el plaer de conèixer i evolucionar.
Com a conclusió dir que pense que deuríem intentar, com a futurs educadors, canviar i millorar els aspectes dels sistema educatiu que no vegem adequats, i realitzar l’ avaluació dels nostres alumnes baix els criteris adequats i sempre beneficiosos per a la persona que aprèn.
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