Por David Gómez Mora,
estudiante de Diseño curricular de la EF
estudiante de Diseño curricular de la EF
A estas alturas ya hay compañeros que han publicado artículos referentes al dopaje, no les culpo, está de moda y mucho más ahora con el revuelo de Marta Domínguez. Por cierto, aquí añado un vínculo para acceder a una entrevista que se le hizo en El País. Y también un blog muy interesante donde explican qué tipos de dopaje hay y cómo afectan al organismo.
No es que no le dé importancia al hecho en cuestión, sea verdad o mentira, yo ahí no voy a opinar, más que nada, porque sería mi opinión, sin ninguna fuente de información más que lo que dicen unos y otros.
Es cierto que “se nos prepara” para educar, para gestionar y para preparar a atletas de élite y personas que quieran sentirse bien y con una mejor salud, pero reconozcámoslo, la mayoría de nosotros está aquí porque quiere dedicarse a la enseñanza y ahí es donde está el verdadero reto de evitar el “doping”. Los deportistas de élite son “la élite”, juegan en una división diferente y por eso, por desgracia, en algunas fases de su vida tienen que pasar por decisiones como ¿me dopo para rendir más? ¿Me retiro? ¿Me conformo con mis resultados aunque no gane?... Los adolescentes, nuestros futuros alumnos, hijos, amigos, etc. son el verdadero reto.
Voy a contaros una parte de mi vida, que tiene que ver mucho con lo que quiero decir. Desde pequeño estuve en un club jugando al fútbol y me retiré a los 19 años. Estuvimos luchando para subir el equipo a primera juvenil y lo conseguimos, pero parece ser que al club no le parecíamos suficientemente buenos y decidieron traer a “estrellas”, cracks del fútbol, que, casualmente se drogaban. El resultado de todo aquello fue que el equipo se deshizo, la mitad se dedicó a salir de fiesta y “meterse de todo”, y el resto, entre los que me encuentro, optamos por la resignación, vergüenza y abandono del deporte que tanto nos gustaba. Como era obvio, el equipo duró en primera un año.
Soy de Elche, y la meta de todo futbolista allí, es que le fiche el C.F. Elche. Un amigo mío que jugó desde los 7 años conmigo, fue fichado por este equipo. Aún lo recuerdo, aunque, sobre todo, recuerdo la presión que ejercían sus padres sobre él. A los 2 años lo echaron del club, y aunque hubiera ido a otro equipo, esto hubiera supuesto bajar el listón, nada permitido en esta sociedad y mucho menos por sus padres. Así es que el resultado fue un abandono exagerado en todos los ámbitos de su vida: terminó obeso, drogadicto y alcohólico, por no hablar de los trastornos mentales y del intento de asesinato a sus padres y suicidio.
Hace ya 5 años que no vivo en Elche, y el ámbito deportivo en el que me he estado moviendo ha sido más que nada deporte por placer y salud. Este domingo viví algo que me hizo recordar todo aquello. Fui a un cross provincial de atletismo en Alcudia. Había competiciones de todas las categorías y todo transcurrió con normalidad hasta que le tocó el turno a las juveniles femeninas (entre 14 y 15 años). Era una competición de 3 km y cuando llevaban tan solo 1 km, la chica que iba en cuarta posición se retiró justo en el lugar donde estaban sus padres. La madre, toda indignada la empujaba con rabia para que continuara la carrera. El padre, que se encontraba a unos metros, saltó a la pista justo cuando pasaba todo el pelotón, para llegar antes a su hija, y lo que hizo fue propinarle un golpe a mano abierta en la espalda con tal fuerza que la chica, entre el cansancio y el golpe, casi se cayó de frente.
Estos actos son gran parte de los motivos que provocan abandonos, trastornos, depresión, “doping”… en los atletas adolescentes. Son los padres, entrenadores y el entorno hostil de éstos, los que provocan que el deporte pase de ser divertido y liberador a ser estresante e insatisfactorio en sí mismo.
Vale que pueda asumirse que para ser deportista de élite haya que pasar por todo eso, pero, ¿por qué? ¿Por qué nos cuesta cambiar algo que la sociedad ha impuesto pero que sabemos que está mal?, ¿por qué al deportista que llega en segunda posición no se le anima por lo bien que lo ha hecho y tan sólo se le critica infravalorando todo el esfuerzo que le ha costado llegar ahí? Compañeros, os aliento a intentar erradicar estas conductas que sólo consiguen daño, abandono, desilusión y odio. Os aliento a intentar transformar el deporte de hoy en día en lo que a mi juicio debería ser una forma de socialización y diversión.